Solo hay que echar un vistazo a nuestro alrededor para darnos cuenta de que se acercan las elecciones. En el ambiente se respira esencia de prosperidad, cambios y atención a los ciudadanos (por unos días todo es para el pueblo, aunque por supuesto siempre sin contar con su opinión). Todo está preparado para ese gran día en el que todos (o casi todos) podrán ejercer su derecho al voto.

¿Y ya está? ¿Eso es la democracia?, un mero gesto cada cuatro años a favor de un grupo político. Sinceramente pienso que no, ni para unos ni para otros. La democracia empieza mucho antes que este libre ejercicio electoral, y no acaba cuando se obtiene el escrutinio final de todas las esperanzas de los ciudadanos en forma de papeleta electoral. Son muchos los que una vez sentados en el cómodo y cegador sillón presidencial olvidan que simplemente son un mero representante del pueblo al servicio del pueblo. Nadie olvida el caso de ese personajillo autoproclamado señor de las Azores que nos llevó a una cruel e injusta guerra que todavía hoy siembra muerte y destrucción en otra parte del mundo; mientras que más del 95% de los españoles estábamos y estamos en contra de esa guerra. Hoy es el turno de ZP, que por decisión propia y no en representación del pueblo español ha decidido incumplir la legalidad internacional y violar todas las resoluciones de Naciones Unidas al apoyar a Marruecos en su exterminio del pueblo saharaui. La cooperación con el pueblo saharaui es el mayor movimiento solidario que existe en España. No podría decir que toda España menos el PSOE, porque la mayoría de alcaldes, concejales y demás miembros del partido están a favor de la autodeterminación del pueblo saharaui. Son sólo algunos individuos como ZP, Chávez, Moratinos y algunos históricos como Felipe González, los únicos empeñados en estar en contra no solo del pueblo saharaui, sino también contra la legalidad internacional. Tengo muy claro que fue el Gobierno español quien traicionó una vez al Sahara Occidental, y no serán los españoles, de una o de otra forma, quienes vuelvan a traicionar a nuestros hermanos saharauis.

Damián López López **

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