Profesor

He recibido desde Mérida una felicitación navideña del Partido Popular de Extremadura. Supongo que se debe a mi condición de articulista, porque ya me felicitaron cuando mis artículos fueron premiados, y por lo tanto trataré de corresponderles públicamente sin olvidar las felicitaciones propias de las relaciones personales. Me ha causado una gran alegría, pues demuestra que hay una parte del PP, que deseo sea la mejor y las más numerosa, que responde a las discrepancias con elegancia y espíritu democrático, en contraposición con otra parte, excrecencias de un pasado tenebroso, que no ha abandonado el fascismo y persigue al discrepante mediante la calumnia, la injuria y la mentira.

Deseo que el año 3000 os sea propicio. Tanto en el terreno personal como en el político. Porque un Partido Popular fuerte, cohesionado y con proyectos es imprescindible en Extremadura. En primer lugar, porque es necesaria una alternativa creíble, posible e ilusionante. En segundo lugar, porque solamente desde la propia fortaleza se puede ejercer el poder con eficacia o se puede hacer una oposición digna, que sin perjuicio de las demagogias que se deben suponer a toda oposición, ponga de manifiesto los errores y dejaciones que aquejan a todo gobierno y puedan ser creídas. En tercer lugar, porque solamente sintiéndose fuerte puede uno llegar a pactos sin temor a ser absorbido, utilizado o ninguneado. Y en cuarto lugar, porque la existencia de una oposición con serias posibilidades de convertirse en alternativa de gobierno servirá de acicate a cualquier gobierno.

Quiero particularizar mi felicitación en Carlos Floriano. Ojalá este año sea el de su consagración como líder del centro derecha extremeño. Porque, como demuestra la experiencia, un partido es fuerte si sabe quién manda. Y quien manda es fuerte si se ha ganado el respaldo de su partido. Nada hay más dañino para cualquier cargo político que la sensación de interinidad, pues no sólo lo perciben los militantes, sino cualquier ciudadano. Deseo que desaparezcan los carroñeros que esperan sentados en su butacón que les sirvan en bandeja el cadáver de su amigo-enemigo y recibirían con agrado un descalabro electoral que les propiciara su propio ascenso. Espero que las buenas referencias que de él trascienden se trasladen a su comportamiento político. Porque ahora mismo la apuesta más sensata del PP en Extremadura no es otra que la apuesta por Floriano.

Que el Niño que nos ha nacido se encuentre muy agustito en vuestros corazones y los llene de paz, de amor y de compañía. Más allá de diferencias de criterio ocasionales, en el espíritu que representa ese Niño, en la lucha por el bienestar de Extremadura, por las libertades y por la convivencia, siempre estaremos juntos.