Mientras la gripe que transmiten los cerdos se expande por el mundo, de esta epidemia van quedando algunas cosas claras. Y una de ellas, es que México, cuyo presidente es Felipe Calderón , no ha estado a la altura de las circunstancias, puesto que no dio la voz de alarma hasta que no había más de una decena de muertos y casi mil casos sospechosos. Demasiado tarde.