Me resulta muy chocante la polémica sobre la celebración de la feria de día en Cáceres y el enfado de los caseteros.

Siempre he diferenciado entre una feria y otra. A mediodía, siempre en la ciudad, y, por la noche, al ferial hasta las tantas de la madrugada.

Creo que este reparto es el que muchos ciudadanos se plantea cada feria y entendemos que no existe competencia entre unos y otros porque el gasto (y el beneficio para los empresarios) se reparte entre las dos opciones.

Pero resulta que ese es un pensamiento que sólo nace en los vecinos porque los empresarios barajan la posibilidad de fastidiarnos la feria y cerrar algún día.

Como siempre, jugando al pim pam pum con los ciudadanos que, a fin de cuentas, somos lo que nos dejaremos el dinero en sus establecimientos.