Ferrán Adriá , considerado por muchos críticos gastronómicos el mejor cocinero del mundo, ha tomado una decisión arriesgada: cerrar su restaurante, El Bulli , durante dos años. Dice que los necesita para concentrarse, sin la presión de tener abierta la cocina, en hacer nuevas creaciones. Lo que Adriá busca, aunque pierda dinero, es hacerlo todavía mejor.