WLwa Cumbre Iberoamericana se inicia hoy en Salamanca con grandes expectativas que apuntan a una revitalización de estos encuentros. Las reuniones de jefes de Estado y de Gobierno de los países suramericanos de habla hispana y portuguesa, así como los de España y Portugal, habían caído en una gran inoperancia lastradas por el exceso de retórica vacía de contenidos. El cambio de orientación de la política exterior española durante los gobiernos del PP también contribuyó a esta decadencia de los encuentros iberoamericanos.

Ahora, la creación de una Secretaría General Iberoamericana, con una figura eficaz y de prestigio como Enrique Iglesias a la cabeza, marca la voluntad de dotarse de un contenido real y de hacer operativos los tres ejes de aquella comunidad que son las cumbres, las conferencias anuales de ministros y los programas de cooperación. Con una democracia asentada, el gran desafío que tiene América Latina es el de la pobreza y las desigualdades. La cumbre no va a solucionarlas, pero sí debe ser el marco en el que pensar una agenda de desarrollo adaptada a las nuevas realidades de la región. Siempre que Hugo Chaves --Fidel Castro no viene-- no acapare los focos.