WEwl vicepresidente de Economía, Pedro Solbes , ha elegido el aumento de los impuestos sobre el tabaco y alcohol para paliar el ingente déficit financiero que arrastra la sanidad española. También se permitirá el aumento del céntimo sanitario sobre la venta de gasolinas, que ya aplican algunas autonomías. Como novedad, el Gobierno va a proponer que las autonomías puedan participar del impuesto que grava el consumo de electricidad. Es una idea. Pero discutible, y no ha ido acompañada del necesario cálculo de su impacto, tanto en las economías domésticas como en la recaudación final. A esta propuesta inicial del Gobierno --que se va a trasladar a la conferencia de presidentes de mediados de septiembre-- para afrontar el déficit sanitario le falta ambición. Basta comparar esta previsión de mayor recaudación fiscal con las necesidades de financiación del sistema sanitario español. Tampoco es más que un parche la buena voluntad del Gobierno cuando anuncia que quiere aportar entre 500 y 1.000 millones de euros para compensar los déficits acumulados en gasto sanitario durante años por las autonomías. Una cantidad que, en el mejor de los casos, supone únicamente un tercio de lo que en principio se preveía.