TEtl buen nivel del flamenco en Extremadura es indiscutible. Pero no solo el que podemos escuchar, observar, incluso 'tocar' a pesar de ser este arte un patrimonio intangible, sino por el nivel, la categoría y la humildad que emana de esos artistas que estando ya 'para enseñar' se empeñan en seguir aprendiendo. Nivel para nuestra región cuando de la mano de artistas de diferentes disciplinas 'invitan' en sus escuelas de cante, baile..., a ofrecer Máster Class en nuestra tierra. Como Ostalinda Suárez , que junto al Centro de Flamenco y Danza de Jesús Ortega y Juan Carlos Guajardo han traído a Badajoz ni más ni menos que a Jorge Pardo , premiado como mejor jazzista europeo y que hace solo unos días compartía con Pepe 'El Habichuela' escenario en París, capital del glamour. Allí dieron una clase magistral de tronío, purismo y fusión (no confundir con confusión como bien me apunta siempre el cantaor Manuel Pajares ) y aquí en Badajoz, capital del flamenco una mañana de maestría para deleite de instrumentistas y músicos de flamenco y jazz. No estuvo solo, le acompañaron Juan Manuel Moreno , guitarrista y Pakito Suárez 'El Aspirina', que de categoría y saber hacer van sobraos. Esto se llaman nivel, pero no por el que recae en la tierra, que también, sino por el/la que ofrece su academia para seguir con la didáctica de los alumnos y saciar la curiosidad propia. Ya decía Albert Einstein "yo no enseño a mis alumnos, solo les proporciono las condiciones en las que puedan aprender". Pues lo dicho. No hay nada más generoso y que otorgue más categoría que la humildad. Como en el flamenco.