WEwl curso político se abrió el jueves en la Asamblea con un asunto con el que decenas de miles de ciudadanos extremeños ´conectan´: la conversión en autovía de la carretera que une Cáceres y Badajoz. El PSOE e IU se opusieron a esa obra, que había defendido el PP. La coalición con razones sorprendentes: es partidaria de una autovía intermitente que, si se llevara a cabo, tendría la peculiaridad de enfadar a todos los usuarios. El PSOE con argumentos tan escasos de contenido que, en este asunto, parece que se encuentra preso de una débil posición. Porque no es muy riguroso decir, como hizo el diputado Olivenza , que el PSOE se opone a que se construya la autovía entre las dos ciudades más pobladas de la región "para no aislar a Mérida" o "por ganar diez minutos", en referencia a que, cuando se acabe el desdoblamiento de la N-630 se podrá ir de Cáceres a Badajoz pasando por Mérida, aunque se tengan que hacer 30 kilómetros más. Es posible que se puedan esgrimir razones de oportunidad o de priorización, pero es necesario explicarlas y hacer que los ciudadanos las entiendan. El PSOE no hace ese esfuerzo y despacha este asunto un tanto displicentemente. Un error, porque esa obra tendrá que terminar haciéndose.