TDte forma transversal y sin que nadie se ofenda, vuelven a abrir una zanja detrás del López de Ayala. ¿Trinchera? ¿Suburbano?

De forma transversal y sin alevosía, meten pico y barrena entre semáforo y semáforo. "¡Así no hay dios que venda cupones! ¿Cómo va a tocar el cuponazo en Badajoz si nos volvemos con los cuarenta iguales a cuestas y los tobillos mordidos por las infraestructuras?" Grita Blas, mi vendedor de la ONCE, aquel al que un día levantaron por los aires dentro de su kiosko porque un seudohistoriador decía que allí estaba enterrado el alfanje de Marwan.

De forma transversal y sin cortar la luz, han abierto una seudozanja con algo de arena para que el seudodeportista concejal salte cual Yago Lamela.

Dicen de Madrid que una de sus características es que es una ciudad que nunca se acaba. Su naturaleza finita y sus obras infinitas están hasta en su escudo: El oso no es otro que un empleado municipal transplantando un madroño y dejando el susodicho agujero en el suelo para que Gallardón meta la pata.

En Badajoz tenemos un león rampante, creo, que araña un escudo o una columna. El león que es seudoleón, araña la columna que, sin duda, es una seudocolumna de la Alcazaba, y más que arañarla, intenta mudarla de lugar para que pase el desfile de Al Mossassa.

De forma transversal y mediando entre una óptica y una tienda de televisores, simbólico todo, se abre una zanja que impide a Blas, mi vendedor de la ONCE, dar el premio gordo. "Luego se quejarán de nuestra mala suerte". Protesta mientras se lo lleva una carretilla hasta otra esquina porque dice un seudodramaturgo que debajo de Blas , mi vendedor de la ONCE, justo en la esquina, puede estar enterrado el abanico de la Xirgu .

*Dramaturgo y director del Consorcio López de Ayala