TTtodo el mundo habla de las fotos de la Princesa Letizia en biquini (como si eso fuera algo raro), en compañía de la Reina doña Sofía en el yate Fortuna, del dineral que se ha pagado por la exclusiva, de si el biquini era de una marca o de otra, de si se se hacían confidencias o simplemente hablaban, y de por qué la revista Hola no había dado la noticia en portada, etcétera. Incluso se ha escrito que el Rey no se habla con la Princesa por oscuras razones y de que la Reina tercia y juega el papel de mediadora que tan bien se le da... Historias de verano, prensa rosa, hablar por hablar.

Y, sin embargo, se ha hablado mucho menos de otras fotos que sí me parecen, lamentablemente, las fotos del verano y que son las que corresponden a la ficha policial de Isabel Pantoja . Que yo sepa ni el fiscal general del Estado ni nadie ha abierto una investigación por la divulgación de unas fotos que no deben ser públicas salvo que lo haga el Ministerio del Interior o la Policía por razones de seguridad o de otro tipo absolutamente razonable. ¿Quién ha sacado esa ficha de la comisaría donde se hicieron? ¿Quién ha vulnerado la intimidad de Isabel Pantoja que, de momento y mientras no haya una sentencia judicial que la condene por algo, tiene pleno derecho a la presunción de inocencia? ¿Qué interés informativo tienen esas fotos, salvo el morbo de ver a una persona pública en una de las peores situaciones a las que puede verse sometido un ser humano? ¿Lo habrían hecho igual si el fichado hubiera sido el dueño de esa empresa...?

No sé si la cadena de televisión que las ha divulgado, seguida de inmediato por casi todos los medios de comunicación, con el mayor regodeo posible, tiene un código deontológico al que sus redactores deben someterse. Sea como sea, la publicación de estas fotos atentan, en mi opinión, contra el derecho a la propia imagen y a la intimidad de Isabel Pantoja y, puesto que se trata de documentos públicos , quien las haya puesto en manos de un periodista, las haya vendido o no, ha cometido un posible delito y debería ser investigado y perseguido por él. Isabel Pantoja no merece ningún tratamiento de privilegio, pero tampoco que nadie comercie con su desgracia, aprovechándose de una situación lamentable. Si los tribunales la condenan, Isabel Pantoja deberá pagar por lo que haya resultado probado, pero sólo por eso. Esas fotos eran innecesarias y no aportan nada a la información veraz que un medio de comunicación debe ofrecer a sus lectores. Son lamentables.

*Periodista