La famosa soldado norteamericana England se ha convertido en el símbolo de la barbarie, la vergüenza internacional y las violaciones más flagrantes de los derechos humanos y del convenio de Ginebra de 1949. Esta soldado ha reconocido que los malos tratos que infligió a los presos iraquís, bajo tutela de EEUU, lo hizo según órdenes de mandos superiores: ¡Menos mal que no recibió órdenes de Hitler!

Los soldados que han humillado, despojado de toda dignidad y maltratado a estos presos han inventado una nueva forma de fascismo mucho más refinada, sin duda, que la de antaño, porque han retratado en forma de souvenir el sufrimiento y la indefensión de centenares de iraquís.

Lo que resulta más paradójico aún y convierte estos hechos, de por sí deleznables en atroces, es que las humillaciones se han realizado en el famoso presidio donde Husein encarcelaba a miles de personas y les hacía pasar por los mismos castigos que ahora han realizado los soldados norteamericanos. Pero claro, éstos eran los que iban a devolver la dignidad y el respeto por los derechos humanos a la castigada población de Irak.

Ahora se entiende mejor aún la negativa constante de la administración estadounidense de pertenecer al Tribunal Penal Internacional. Si formara parte, ahora veríamos a sus salvajes soldados siendo juzgados y condenados por un tribunal independiente. No sabemos qué pasará con la soldado England, que ya está de vuelta en su país, dando torpes explicaciones e intentando restaurar la poca dignidad que les queda, después de invadir ilegalmente un país y quitarle la dignidad al pueblo.

De momento, Blair intenta demostrar, sin ninguna credibilidad, que los británicos no han hecho nada. Bush sigue a lo suyo, que para eso hay elecciones este año, y Aznar... bueno, seguro que está promocionando su libro en las Azores.

*Portavoz de la Asociación de

Derechos Humanos de Extremadura