Todo es indigno es en este brote de xenofobia que de nuevo asola la política española. Los argumentos de los consistorios municipales que proponen recortes de los derechos humanos de los más débiles como panacea de todos sus males. O el oportunismo del PP, que ha decidido ensayar en Cataluña la carta del rechazo a la emigración como banderín de enganche electoral: porque tienen poco que perder y, si suena la flauta, la cosa podría servir para las municipales y las legislativas de mañana. O la condescendiente advertencia contra el buenismo por parte de quienes pretenden ser neutrales en el debate. Porque la neutralidad no vale en asuntos como este, que afectan a los principios básicos de la convivencia. En ellos hay que ir con la verdad por delante. Y decir, sin concesiones, que no es cierto que la inmigración, ni la legal ni la otra, sea un problema fundamental de la vida española. No se puede negar que plantea dificultades. Como todo fenómeno de importancia. Pero aquí las estamos resolviendo bien, sin cometer errores sustanciales, o sabiendo rectificar aceptablemente los que se han cometido. Y así debería ocurrir con los que surgirán en el futuro si las cosas no se salen de madre. Más allá de eso, los problemas que plantea la inmigración son mucho menos graves que la crisis y el hundimiento de nuestro modelo de crecimiento, la educación, las incógnitas que acechan al sistema de las autonomías o las disfunciones de nuestro esquema político y de partidos. No es verdad que la sanidad pública esté fallando por culpa de los inmigrantes. Ni que, casos concretos aparte, los extranjeros estén quitando los puestos de trabajo a los españoles. Ni que las cuentas públicas no puedan soportar el coste de la inmigración. Son mentiras que se pueden desmontar. Pero es más fácil contentar a la bestia xenófoba que muchos ciudadanos llevan dentro que arrostrar la molestia y la impopularidad de hacerlo. Ahora se dice que los inmigrantes abusan de las oportunidades que les da el Estado. Seguramente es cierto. Pero ¿es que los españoles no lo hacen? De mil formas, mucho más y desde hace más tiempo.