TLto dirá la Historia, los vaticanólogos o, quizás, el pueblo llano. De momento, digamos que Juan Pablo II fue un Papa planetario y que los parámetros ordinarios de evaluación quedan desbordados. Porque ha sido grande en todo, a través de la épica de su colosal trayectoria de 26 años. Grande en arrastrar inmensas multitudes. Grande en sus 104 viajes alrededor del mundo. Grande en su ecumenismo, derribando muros --el de Berlín fue decisivo--, construyendo puentes de entendimiento y estrechando lazos entre naciones y religiones diversas. Y grande en la comunicación, dominando como pocos los recursos taumatúrgicos de la misma, desde el momento que tomó el timón de la Iglesia. En Asís reunió a los 12 líderes de las más importantes religiones y en Palestina e Israel dejó la semilla de un posible entendimiento. Roca de fe y esperanza, siempre tuvo la palabra justa y el gesto cercano para brindar su apoyo humano. Valladar y martillo contra el comunismo y la tiranía, este arquetipo de Papa moderno, clamó contra la injusticia social, con su encíclica Laborem exercens , teólogo de altura y líder de gran magnetismo, fustigó el aborto y la eutanasia, y clamó contra la guerra de Irak, siendo baluarte y referente para católicos, no católicos y agnósticos. Removió, en los albores de su pontificado, tras Pablo VI, los cimientos de una Iglesia entumecida y apocada, de ahí que lanzara el vibrante grito de "No tengáis miedo". Fue heraldo de paz y libertad, tierno, gigante y, tan humilde, que le llevó a perdonar a su potencial asesino, el turco Alí Agca . Intelectual nato, sus textos rezuman vasta cultura, haciendo que sus publicaciones al punto agotadas. Su carisma fue imán para estadistas y potentados, mientras bajaba a la sima del dolor, besando llagas junto a Teresa de Calcuta . Siempre joven, electrizó a masas de jóvenes, como nadie ha podido realizar. Y fue grande en el dolor --"Me glorio en mi debilidad", en frase de Pablo--, haciéndose paradigma de sufrimiento, ante un mundo galvanizado por la muerte de esta figura irrepetible.

*Doctor en Historia