El trágico suceso ocurrido el martes en la localidad leridana de Horta de Sant Joan, en el que murieron 4 bomberos y otros dos resultaron gravemente heridos al quedar encerrados por el fuego en una hondonada, puede acabar en una batalla política. Desde el primer momento, antes de que se conociera cómo habían ocurrido los hechos y sus causas, los alcaldes de Horta y de Arnes, ambos de CiU, acusaron de "descoordinación" a los responsables de la extinción del fuego, e incluso de haber ordenado una "relajación" de los efectivos que combatían el incendio. Desde luego que las causas de la tragedia merecen ser investigadas, pero la experiencia de incendios anteriores aconseja ser prudentes. Habría que pedir a los políticos que tengan, al menos, la prudencia de los expertos, que, antes de opinar sobre un hecho, prefieren siempre esperar a conocer las causas reales. Uno de estos precedentes es el incendio de Guadalajara del 2005 que causó 11 muertos y en el que las denuncias del principio tuvieron poco que ver después con las verdaderas causas. Un incendio este, por cierto, que también desencadenó una feroz batalla política.

Mientras se averigua qué ha causado esta última tragedia, no está de más recordar que la labor de prevención durante el invierno es fundamental para evitar la proliferación de incendios durante el verano.