WUwna niña de 2 años ha muerto en la localidad barcelonesa de Sitges por las dentelladas del perro del compañero de su madre. Aunque aún no se ha determinado del todo la raza, es sin duda peligrosa. En los últimos años ha muerto una decena de niños en España por agresiones de ese tipo, casi siempre en sucesos en los que el perro pertenecía al propio entorno familiar o vecinal de la víctima. Y siempre, pasada la conmoción, se ha reabierto una polémica superficial sobre la tenencia de este tipo de canes, resultado de sucesivos cruces calculados para aumentar su agresividad.

Hay normas estrictas de control sobre la tenencia de animales potencialmente peligrosos. Pero está claro que no erradican todos los riesgos, en especial para los niños. Las sociedades de cría o de protección de estas especies se obstinan en justificar su comportamiento extremo diciendo que los accidentes se deben a anomalías puntuales. Pero no es verdad: las razas de perros agresivos han sido potenciadas precisamente para extremar su violencia congénita. Esa barbaridad ha segado ahora otra vida humana y eso es causa más que suficiente para que se prohíba de una vez, y ya sin excepciones, la tenencia de perros peligrosos.