TLta policía científica investiga la colilla que una empleada dejó en un cenicero del edificio Windsor minutos antes de que se produjera el incendio. La colilla del Windsor es como el 3% de Maragall que si no se deja bien apagada o se coloca en un lugar u otro, puede acabar haciendo caer a torres más altas cayeron . Si junto a la colilla se admite que había dos personas en mitad del incendio deambulando entre las llamas, estamos complicando la cosa. A Maragall le va a costar apagar el incendio catalán entre otras cosas porque hay gente merodeando en medio de la hoguera, caso de Pujol , por ejemplo. Y lo peor de todo es que una vez quemado el instalache, no hay empresa de demolición, derribo o desmontaje que pueda abatirlo sin causar daños. El efecto dominó que se produciría con la caída del gigante de Barcelona puede llegar hasta Moncloa.

Fumar mata, quema y tira gigantes de hormigón y aluminio. Los vecinos del Carmel saben muy bien que un pequeño detalle como no dejar la colilla de las corruptelas bien apagada, puede hundir todo un barrio, una ciudad y hasta un gobierno. Los empresarios del Windsor saben perfectamente que la prohibición de fumar hay que llevarla hasta sus últimas consecuencias, incluidos sábados y festivos. Maragall sabe que ese foco ardiente del 3% debe ser llevado también hasta sus últimas consecuencias, bien soplando para que las llamas iluminen cada planta del edificio o agotando el oxígeno para que el souflé catalán se quede sin aire y se desinfle. El tema de los fantasmas es cosa aparte. Que deambulen gentes entre llamas y humos es algo que no nos debería sorprender. Sobre todo si lo hacen para salir en la tele y llegar a la fama.

*Dramaturgo y directordel consorcio López de Ayala