Intentar convencer a la sociedad de que el funcionario público es un ejemplar trabajador y eficiente dentro de la especie laboral es tan difícil como intentar convencer a los zoólogos de que el pez sapo es el animal más bello del mundo; aunque hay que hacer un breve matiz: todos los peces sapos son iguales, y sin embargo, no todos los funcionarios públicos son iguales.

No todos corresponden a ese prototipo de desganado chupatintas de Forges con bocamanga diseño noche rasa, dos pelillos en reluciente calva, o ceñido bisoñé, y gafas asta negra ibérica con lentes culo vaso, cuya frase preferida es vuelva usted mañana y su vicio favorito el escaqueo . Ese cubículo con ventanilla decimonónica por la que asomaba la cara de alguien que solía ser un hombre que te miraba por encima de las gafas y te decía que te faltaba una póliza o un sello, y por lo tanto debías volver con toda la documentación completa, y ojito con rechistarle porque ibas dado, ha pasado al museo etnográfico de ofimática. Ahora, si eso ocurre, el administrado puede sacar la escopeta que ya lleva cargada y montar el pollo por menos que canta un gallo. Por otro lado, en lo concerniente a la animadversión del funcionario de ahora hacia su mesa de trabajo, tampoco es justo pensar que los empleados públicos nos damos a estar a todas horas donde no debemos.

Hoy, cualquier ciudadano, para gestionar su vida, tiene que salvar una burocracia que no ha sido ideada por los funcionarios de a pie y en la que estos intervienen de manera preceptiva. En la mayoría de los casos, la tramitación de documentos está sujeta a una serie de normas o leyes acordadas por políticos o directivos de alto rango que marcan las pautas del proceso. Nosotros, los funcionarios rasos con más o menos nivel, sólo somos instrumentos de tramitación que llevamos nuestro trabajo al día, y la prueba de ello es que, por regla general, a los ciudadanos se le resuelven sus demandas con normalidad y dentro del tiempo establecido.

Ya digo, entre los funcionarios hay de todo, como en botica. ¿Pero acaso no es este mundo una gran botica?

*Pintor y funcionario.