Hasta el 20 de mayo, la Inspección Educativa tiene margen para proponer la plantilla funcional de los centros educativos extremeños.

Para el lego en la materia, existen dos tipos de plantilla en los centros educativos, la orgánica, para que me entiendan, y, en el caso que nos ocupa, las susceptibles de ser repuestas en número por concurso-oposición y de ser ocupadas en concursos de traslados docentes, y la plantilla funcional, que según consta en la propia resolución de 19 de abril, son aquellas plazas que necesita un centro para asumir la carga horaria de los centros que además de las ordinarias, incluyen bilingües, medias jornadas, itinerantes en caso de maestros, o portugués. Esta última plantilla, la funcional, que no pertenecen a orgánica, no cuentan ni para concurso de traslados, ni para el cálculo de la oferta de empleo público. Sin embargo, es más importante de lo que pensamos, de cara a un futuro. La conformación de la plantilla orgánica de los centros se aumenta a raíz de la funcional.

Dependiendo de la perdurabilidad consecutiva de la plantilla funcional, la Administración regional tiene la oportunidad, la explicación y la justificación, cuando se establezca la plantilla orgánica, de pasar de una a otra y, por lo tanto, establecer por primera vez en Extremadura una estructura sólida para los centros en cuestión de personal, en definitiva, dotar verdaderamente de estabilidad las plantillas de los centros educativos extremeños y por tanto aumentar la calidad de la educación.

Si para la conformación de la ahora plantilla funcional y en vistas a la amplia oferta prometida por la Administración central, se tiene en cuenta estas premisas, se podrá ofertar como mínimo más de mil puestos de trabajos estables y fijos, rebajar la interinidad, ampliar significativamente las vacantes en el concurso de traslados, reducir las comisiones de servicio y empezar a crear un código específico y diferenciado para las plazas bilingües sin detrimento de la actual plantilla orgánica. Sólo basta con establecer como criterio que toda plaza funcional que lleve más de dos años funcionando pase a orgánica. Aunque también habría que «liberar» todas aquellas plazas que no salen a concurso de traslados. El futuro, organizado y con base sólida, empieza ahora.