La sanidad extremeña está inmersa en un proceso de avance tecnológico que situará a la comunidad autónoma en la vanguardia nacional. La compra de trece aparatos de última generación para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, entre las que destaca el cáncer, se suma a otros proyectos de gran calado social, como la informatización de las radiografías y los historiales médicos, que ya ha comenzado en Zafra y Llerena y redundará en claros beneficios para el paciente y el profesional de la medicina cuando se extienda al conjunto de los hospitales extremeños. Sin duda, esta modernización de la sanidad regional representa un importante esfuerzo económico que hay que valorar. Estas mejoras, sin embargo, no deben cegar a los mentores de la administración sanitaria. Los ciudadanos siguen exigiendo una reducción drástica de las listas de espera, tanto para especialidades como para cirugía. En este sentido, la ley en la que trabaja la Junta debe jugar un papel crucial en la batalla contra el déficit organizativo que aqueja al sistema sanitario autonómico. Del éxito en la reducción de la espera sanitaria dependerá en gran medida que el Gobierno extremeño, en general, y la Consejería de Sanidad, en particular, pongan la guinda al trabajo que se viene haciendo desde que la comunidad asumiera las competencias en esta materia.