Es razonable que el señor Carlos del Alamo fuera separado de su cargo de consejero de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia. Poco después de la llegada del chapapote, se fue a cazar con Fraga. Y cuando el desastre ya era evidente, afirmó que no había ningún peligro para la zona de las Islas Atlánticas. Estas islas están actualmente muy afectadas. Ahora este señor que tuvo que marcharse hace tres semanas, ha sido propuesto como director del parque nacional de las Islas Atlánticas por el Ministerio de Medio Ambiente.

Segundo caso: el señor Serafín Díaz, que ordenó al capitán del Prestige que pusiera en marcha los motores para alejar el barco, decisión que para muchos favoreció la fatal rotura del casco, acaba de ser designado por el Ministerio de Fomento capitán marítimo de A Coruña.

Esto concuerda con otro hecho observable: los grandes responsables --de lo que sea-- tienen un puesto más asegurado que los subresponsables, que son quienes suelen caer de la silla.

Pero tiene una compensación: su partido le encuentra silla. Y esto viene de lejos. Cánovas del Castillo, autoritario jefe de Gobierno del siglo XIX fue preguntado por una señora por el ascenso de un pariente de él, a lo que Cánovas dijo: "Sí, señora, le he ascendido, ¿y qué he hecho? Menos de lo que hizo Dios en su gran obra. Tenía que redimir a la humanidad y para ello designó a su hijo. A San José le hizo patriarca, y a los padres de la Virgen, San Joaquín y Santa Ana, les concedió un lugar en la corte celestial. Y si esto hizo Dios con toda su sabiduría, ¿cómo se me puede censurar a mí, un pobre mortal, que proteja a un pariente?"

¿No dicen que el PP es "una gran familia"?[,05]