WCwomo Ruiz-Gallardón no es precisamente un ortodoxo del aznarismo, se esperaba que su discurso --que abría el congreso del PP-- no sería una mera adulación de los ocho años de Gobierno conservador. Pero el alcalde de Madrid fue más lejos y formuló una autocrítica que tensó, de entrada, la reunión de los populares. Dijo que el Partido Popular no perdió el poder sólo por el 11-M, sino que la derrota llegó también por sus desencuentros y malentendidos más generales con la sociedad española. Y tras desmarcarse así de la línea oficial, pidió nuevas políticas, llegando a comentar las adopciones a cargo de homosexuales y el alineamiento excesivo con las tesis eclesiales.

Aunque luego tanto Zaplana como Acebes señalaron que el PP está tan orgulloso de lo realizado que no tiene necesidad de autocríticas, el congreso de los conservadores arrancó en este contexto. Si Rajoy deseaba un contraste real de opiniones, Gallardón lo brindó de cara y directamente. Con todo, la verdad es que el ambiente general de la primera sesión del congreso fue más de homenaje incondicional a la figura de Aznar que de seguir el hilo de reflexión aportado por Ruiz-Gallardón . Pero la autocrítica quedó ahí.