WDwos días antes de la comparecencia ante el juez Grande-Marlaska de Otegi y otros dirigentes de Batasuna, el magistrado Baltasar Garzón hizo ayer unas declaraciones que fijan la postura que debe tener el poder judicial en el llamado proceso de paz. Aunque apeló a la independencia judicial y a la tranquilidad con que debe trabajar su colega, Garzón le recordó de manera sutil que los jueces deben actuar con "prudencia, imparcialidad y valorando las circunstancias" cuando hay un alto el fuego de ETA, hecho que debe tenerse en cuenta.

Las palabras de Garzón, que se reincorporará al Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional el 1 de julio, son oportunas porque algunas actuaciones de su sustituto han causado sorpresa y pueden sobrepasar la prudencia y la ductilidad con que deben aplicarse las leyes, teniendo siempre presente el contexto sociológico. Batasuna desconoce la independencia judicial cuando reclama que el Gobierno frene las actuaciones de Grande-Marlaska, pero no parece muy ajustada la decisión de imputar por amenaza terrorista al dirigente Joseba Permach por decir que ciertas actuaciones judiciales ponían el proceso de paz

"al borde del colapso". Parece más una opinión que una amenaza.