TStería media tarde cuando el camión de El Ranchero llegó con un extraño artefacto. Pronto la curiosidad hizo corro en torno al viejo Leyland . De la cabina del asfixiado camión salió Rufino El cojo . Bajó con una sonrisa como de girasol al medio día y con la maldad de los que se saben con algún secreto. Todas las preguntas acudieron a él. Levantó el bastón y señalando al estrafalario artefacto dijo: Es una máquina de hacer gaseosa . A todos nos pareció algo prodigioso, de lo que se hablaría mucho tiempo en El Torno.

Después vendría el verano, los helados de perra gorda de Tío Cascales pero, sobre todo, la gaseosa con pipermint que tomaban las parejas mientras se hacían un arrumaco y esperaban la segunda sesión del cine Alvarez. Siempre en la última fila, algo tan excitante como la gaseosa.

Por aquel entonces, el Tío Pascual asestó dos puñaladas al novio de su hijastra. Cuando lo llevaban preso le escuché algo terrible. Mirando a su amante, le dijo: "Me debes veinte años de amor". El NODO nunca contaría este suceso, ni el de la llegada de la gaseosa. El NODO eran gaviotas blancas posándose sobre el Azor, mientras una perla finísima se suicidaba en el mar. Pasarían años hasta que una mujer nos hablase de los crímenes que se cometen en nombre del amor.

*Periodista