Catedráticode Biología Celular

Hace unos años la sanidad inglesa se negó a tratar a un cardiópata por ser fumador. El hombre murió. Fue un crimen de Estado. Ahora quiere asesinar por el mismo método a fumadores y obesos. El ser humano domina tecnologías increíbles, pero aún piensa con su primitivo cerebro de primate sin civilizar. La destrucción de un sector de la población por causas étnicas, físicas o políticas se llama genocidio. Es lo que Londres augura a dos grupos de enfermos: los que no pueden dejar de fumar y los que no consiguen adelgazar.

El holocausto destruyó a millones de judíos, pero también a gitanos, homosexuales, comunistas y republicanos españoles. Ahora Blair quiere ampliar esta lista de horrores con sus manías particulares. Nuestro amigo Blair.