El euro enfrenta a Tony Blair con su ministro de Economía y Finanzas, Gordon Brown (Kirkcaldy, Escocia, 20-2-1951), que se resiste a la moneda única europea todo lo que puede. Lo cierto es que, pese a que Blair y Brown limaron asperezas cuando en 1997 accedieron al poder, ambos son los dos grandes rivales en el Partido Laborista.

Orador poco suelto y de tintes tecnocráticos, Brown atesora, sin embargo, el caudal político de haber conseguido que el Reino Unido soltara el lastre del desastre económico heredado del thatcherismo. Su rigor y austeridad le vienen en parte de familia, al ser hijo de un pastor protestante radicado en una ciudad obrera escocesa. En los años

70, Brown fue profesor universitario de Ciencias Políticas e incluso rector de la Universidad de Edimburgo.

Ya en los tiempos de la oposición, el ahora canciller del Exchequer era el responsable de economía en el partido. El fue pieza importante en la gestación de la Tercera Vía del nuevo laborismo, que dejó de mirar a la socialdemocracia europea para dirigir la vista al Partido Demócrata estadounidense de Bill Clinton.

Brown es un fan USA y mantiene relaciones estrechas con universidades de allí e incluso con altos círculos financieros. Sus detractores le acusan de que está contra el euro porque lo que pretende es adoptarlo siendo él el primer ministro.