Francia siempre hace honor a su concepto de la grandeur . Lo ha vuelto ha demostrar a raíz del secuestro de dos periodistas franceses a manos de un grupo iraquí. La diplomacia francesa ha desplegado todos sus poderes para conseguir la liberación de sus compatriotas, lo que ha quedado patente es el peso y la capacidad de los franceses para movilizar fuerzas insospechadas en todo el mundo. Que un grupo terrorista como es Hamas haya condenado el secuestro de los dos periodistas franceses es un ejemplo de lo que es capaz de conseguir la diplomacia francesa. El contraste es abismal entre la acción diplomática desplegada por el presidente Chirac y la quietud inexplicable de Berlusconi hace unas semanas cuando Italia se despertó con un hecho similar. El jefe del Gobierno italiano ni siquiera se molestó en suspender sus vacaciones.

Quizá porque Francia fue potencia colonizadora en la región, quizá porque ha sabido mantener unos lazos sólidos con el mundo musulmán, quizá porque ha mantenido una política exterior independiente siempre acorde a sus intereses, lo cierto es que en esta crisis la diplomacia gala ha conseguido que las más importantes autoridades musulmanas, de dentro y fuera de Francia, se hayan alienado pidiendo la liberación de los dos periodistas.

Francia ha dado una lección de alta política en contraste con la política burda de George Bush que, si los electores norteamericanos no lo remedian, está dispuesto a provocar al mundo más sobresaltos, ya que en la convención republicana ha asegurado que tiene un nuevo plan para un mundo más seguro. Francia, corazón de la Vieja Europa que desprecia Bush, está demostrando que hay otra manera de hacer las cosas.

*Periodista