TDtavid Cameron , el primer ministro británico, tras conseguir derrotar a los laboristas y hacer que funcione el matrimonio imposible con los liberales, quiere llevar adelante su proyecto de la gran sociedad . Es importante seguir de cerca este movimiento que se puede resumir de alguna manera en reducir el peso del poder público en la vida británica, incorporando de verdad a los ciudadanos a las tareas diarias de gestionar el poder. No es sólo un cambio político profundo, es más que nada un cambio cultural: devolver más que el poder la gestión del poder a sus únicos propietarios, los ciudadanos.

En Inglaterra, el sistema político, con sus defectos, tiene una ventaja. Hay 650 circunscripciones, con una media de 65.000 electores, y cada una de ellas elige un solo representante. Aunque esté bajo la disciplina del partido, se debe a sus electores que le conocen y que le votarán o no en función de lo que haga. Es muy diferente de España, donde la disciplina de voto es ley, aunque la Constitución diga lo contrario. El sistema inglés es injusto, porque todos los votos de los segundos o terceros se pierden y partidos con un 20% de los votos no llegan al 10% de representantes, pero los ciudadanos tienen la capacidad de pedir responsabilidades cara a cara a sus representantes. Y estos saben que se la juegan.

Cameron quiere una reforma a fondo del sistema electoral, que incluye abolir la vieja Cámara de los Lores y crear otra elegida democráticamente mediante un sistema proporcional. Inglaterra necesita pasar de la historia a la modernidad y para ello necesita, como dice su primer ministro, "un cambio profundo y sincero, pero tranquilo y controlado" basado en tres principios: descentralización del poder central al local y desde éste al nivel de las comunidades, los vecindarios y los individuos; transparencia para que los ciudadanos sepan; y otra forma de gestión: pagar a los proveedores de los servicios públicos en función de sus resultados.

¿Y en España? España también necesita un cambio, controlado y tranquilo, pero parece que nadie tiene ideas, o no se atreve a exponerlas. Necesitamos una reforma constitucional, una reforma de la ley electoral que acerque el poder a los ciudadanos, una reforma de la Administración, un nuevo modelo productivo, un acuerdo laboral y otro educativo que sirvan para crear empleo. Necesitamos una reforma de los partidos políticos que acabe con su falta de democracia y con el poder de los aparatos . ¿Alguien está dispuesto a lanzar la iniciativa? Cameron se ha apoyado en los liberales de Clegg . ¿En quién se van a apoyar el PP o el PSOE? Y, sobre todo, ¿quieren hacerlo o prefieren mantener esta situación en la que pase lo que pase, los ciudadanos son meros espectadores, que sólo tienen la palabra una vez cada cuatro años?