WLwa información publicada ayer por este periódico respecto a las enmiendas del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados para que más de la mitad de los fondos destinados al Plan Especial de Empleo de Extremadura se destinaran a programas y ayudas nacionales, constituye, en la mejor de las hipótesis, un grave error del PP. Esa es la mejor de las hipótesis. La peor apuntaría a que esas enmiendas obedecen a la premeditada intención de hacer daño a esta región, y habría que descartarla por descabellada y --también por estar en minoría ese partido-- de una gran torpeza. Ayer fueron rápida y afortunadamente retiradas esas enmiendas a instancias de los responsables del PP en la región, sobre los que cabe anotar la virtud de la diligencia, pero éstos no tuvieron más remedio que oír críticas bien fundadas de la Junta, del PSOE --que se ha apuntado a la teoría del daño-- y de UGT por la actitud desleal para con Extremadura de su partido en Madrid. De esta historia se desprende, en cualquier caso una pregunta inquietante: ¿dónde estaban los diputados populares por Cáceres y Badajoz cuando en el seno de su grupo parlamentario se decidió que había que quitarle más de 11 millones de euros al Plan Especial de Empleo de Extremadura? Desde luego, no defendiendo los intereses de los votantes que los eligieron.