WLwa gripe aviar ya está en Europa. Era previsible. En granjas avícolas de Turquía, Rumanía y Rusia se ha comprobado la presencia del virus, y el Ejecutivo de Bruselas ha prohibido la importación de aves vivas de esos países. Es una medida básica, pero de efectos limitados, porque el riesgo de propagación de la enfermedad dentro del espacio europeo desborda las disposiciones administrativas que se están tomando.

La posibilidad de que el virus se transmita de los animales a las personas es real, aunque de momento los países asiáticos han comprobado que sólo ha afectado a granjeros en contacto intensivo con las aves contagiadas. El riesgo de que la cadena de transmisión acabe implantada entre los humanos, hasta el punto de que el virus pueda transmitirse entre personas --como pasa con las gripes corrientes-- sigue siendo hipotético. Si llega a suceder, estaríamos ante una pandemia, que se dio tres veces a lo largo del siglo pasado, con millones de muertos.

La amenaza puede reducirse. Hay que exigir a la comunidad internacional que comparta, sin restricciones, tanto los datos del contagio como los avances de la investigación médica para neutralizar sus efectos.