WLw a campaña de vacunación contra el virus de la gripe se retrasa este año alrededor de dos semanas. En lugar de empezar a primeros de octubre, deberá hacerlo a partir de la tercera semana. El retraso se ha debido a un problema surgido por un fallo en el crecimiento y reproducción de una de las cepas que componen la vacuna y los laboratorios han tenido que repetir todo el proceso. Una de las características de la gripe es su capacidad para mutar, de tal manera que cada año hay que hacer vacunas nuevas para el virus. No sirven para este año las vacunas del año pasado.

El consejero de Sanidad, Guillermo Fernández Vara, ha mandado un mensaje tranquilizador, en el sentido de que, a pesar del retraso, la vacuna llegará a tiempo y será efectiva cuando el virus se encuentre en su etapa de mayor efectividad. Sin embargo, el retraso no es de recibo. Si hay en el mundo una industria floreciente y con un margen de ganancias milmillonario, ésa es la farmacéutica. Por tanto, hay que exigirle de acuerdo a su márgenes de beneficio. La vacuna de la gripe es necesaria para decenas de miles de personas. Sólo en Extremadura hay 200.000 extremeños considerados como población de riesgo. El SES va a gastar este año más de 1,1 millones de euros en comprar 255.000 dosis, con las que espera que muchos ciudadanos eviten la gripe, una enfermedad que en ocasiones es seria en determinadas personas, y en muchas más permite evitar la baja laboral. Es decir, que un retraso en la vacuna tiene consecuencias, muchas o pocas. Sean cuales sean, deberían responsabilizarse de ellas los laboratorios.