Vivimos en un tiempo en el que insistentemente hablamos de globalización, y en un momento del año en el que en demasiadas ocasiones pensamos en lugares lejanos, en espacios diferentes y tratamos de buscar experiencias o imágenes singulares. Son fechas en las que pensamos en nuestras personas más queridas, con las que queremos compartir algún momento especial.

Una y otra vez nos ronda una pregunta ¿Por qué pensamos que aquello que ansiamos sólo lo podemos hallar a muchos kilómetros de distancia de nuestros maravillosos pueblos y ciudades? Estoy convencido de que no es por olvidarnos de lo inmediato, de nuestras tierras y de nuestra gente, pero lo cierto es que de algún modo lo hacemos. Deberíamos querer buscar y saber encontrar lo diferente, lo singular, lo atractivo y sugerente en nuestro entorno. Deberíamos poder mirar a nuestra gente y tratar de descubrir y descubrirnos en sus capacidades y en la voluntad decidida por seguir manteniendo viva y vivida nuestra tierra.

Es éste un buen momento para adentrarnos en algunos de los paisajes singulares de nuestro Guadiana, de este espacio compartido y para compartir, de este territorio diverso y próximo. Deberíamos emprender un recorrido por cualquier parte de su cuenca, la que arranca en las serranías conquenses y en las Lagunas de Ruidera, un territorio abierto en llanuras manchegas y almenado en las Sierra de Villuercas y Montes de Toledo, una cuenca que se abre desde el sopié de la Sierra de San Pedro a las Sierras de Hornachos y que zigzagueando con Portugal abarca desde Tentudía y Aroche en Sierra Morena a las costas onubenses de Ayamonte.

XY EN ESEx maravilloso y apasionante recorrido encontraremos un continuo y sorprendente juego de naturaleza y cultura, de capacidades, habilidades y oportunidades, del buen saber hacer de siempre y de la innovación y el emprendimiento. Es tiempo de viajar por el Guadiana, de apreciar su patrimonio natural en Ruidera, o en las Tablas de Daimiel, en la Serena o en los humedales de Orellana, en las dehesas de Jerez o en ese Guadiana internacional que se abre al Atlántico, siempre compartido con las tierras lusas. Es nuestra cuenca un espacio en el que la naturaleza de pinares y maciegas, de loros, pastizales y dehesas, de extensos encinares y retintos alcornocales, está festoneada de riegos, de dilatados embalses bajo la tierra, entre frondosas montañas o en las costas desde las que desde antaño se intuían y avistaban los atunes.

Es nuestro Guadiana un espacio mestizo de culturas que ha acogido a lo largo del tiempo múltiples pueblos que aún apreciamos en nuestras localidades, en un hábitat diferenciado, en una artesanía singular llena de saberes, habilidades y necesidades. Y en nuestra cuenca podremos sentir, apreciar y disfrutar el sabor de la historia y la cultura en monumentos, pueblos y ciudades, en festivales y eventos, en lugares llenos de humanidad y Patrimonio Mundial en Guadalupe o Mérida. Es nuestro Guadiana un espacio mestizo en su gastronomía, mezcla de buen hacer y de necesidad; en la gastronomía de siempre y la de ahora elaborada con esmero y partir de productos que muestran con su trazabilidad la capacidad de nuestra gente para producir, elaborar y comercializar. Porque las aguas del Guadiana, amasadas con las capacidades de sus habitantes, logran sorprendentes productos con denominación de origen que traen sabores y olores de azafranes y quesos manchegos, de vinos de tierra de llanuras manchegas o de Riberas del Guadiana, de mieles villuerquinas, de jamones dehesa de Extremadura o de caballas onubenses. Y junto a ellos, siempre encontraremos centenares de productos que hablan de calidades naturales y capacidades humanas: peces de río y mar, caza de montes y llanos, frutales, arroces y tomates de nuestros regadíos, setas y criadillas naturales de llanos, bosques umbrosos y serranías-

Y siempre encontraremos maravillosos lugares para regalarnos en esas aguas termales y mineromedicinales, en los balnearios de siempre ahora acondicionados como nunca. En las tierras del Guadiana siempre encontraremos una acogida sorprendente, para compartir y deleitarnos en los alojamientos rurales, en los campamentos de turismo, en los hoteles con encanto, hospederías y albergues que han puesto en marcha quienes han hecho del turismo una nueva oportunidad para el mundo rural.

Tal vez en este tiempo de final de año y comienzo del próximo, es hora de que pensemos en nuestra gente más cercana con la que compartimos afectos, pasiones y necesidades, Y éste es un buen momento para regalarnos, compartir y disfrutar esta cuenca generosa, europea y mestiza que nos hace sentir extremeños, andaluces o castellano manchegos a fuer de sentirnos españoles y ciudadanos del mundo. Esta voluntad por compartir lo nuestro será una buena muestra de comprometernos con nuestra tierra y nuestra gente y reconocer sus esfuerzos.

*Presidente de la Confederación

Hidrográfica del Guadiana.