Catedrático de Relaciones Internacionales

Dos tribunales de EEUU han adoptado decisiones trascendentes. Una afirma que todos los detenidos, con especial referencia a los de Guantánamo, tienen derecho a la asistencia de abogados y a todas las garantías del sistema judicial norteamericano. Otra limita el discutible concepto de enemigo combatiente e indica que los así calificados no pueden ser detenidos indefinidamente: en 30 días han de ser excarcelados o puestos a disposición de las autoridades civiles. Ambas sentencias recuerdan las bases de toda democracia: el imperio de la ley. No es inoportuno este recordatorio si tenemos en mente el futuro proceso de Sadam Husein, que debe ser de carácter internacional y excluir la pena de muerte. Aunque vaya en contra de los instintos homicidas de Bush.