WEw l primer juicio civil contra un preso de Guantánamo se ha vuelto contra los planes de Obama de juzgar a otros reclusos de aquel penal ante la justicia ordinaria. También obstaculiza su largamente anunciado, pero nunca realizado, cierre de la ignominiosa cárcel. El tanzano Ahmed Ghailani estaba acusado de 285 cargos. El veredicto emitido por los 12 hombres y mujeres del jurado le absuelve de todos los cargos, incluidos los de terrorismo, excepto uno, el de conspiración para destruir propiedades y edificios de EEUU. Por este delito, Ghailani será condenado a una pena de entre 25 años de reclusión y cadena perpetua. De acuerdo con la Constitución y con la ley, el tribunal desestimó la mayor parte de las pruebas en su contra porque existe la fundada sospecha de que fueron obtenidas bajo tortura. Pese a la sentencia, el veredicto ha indignado a los republicanos, crecidos tras su reciente victoria electoral, por considerar que una corte militar en el limbo territorial de Guantánamo le habría condenado por terrorismo y van a dar la batalla para evitar nuevos juicios civiles. La base militar de EEUU en Cuba, convertida en penal para presos de Al Qaeda, y los centros clandestinos de detención de la CIA simbolizan el oprobio de la Administración Bush, que violó los fundamentos de la justicia. Obama creyó poder cerrar el penal en un año. Han pasado casi dos desde su llegada a la Casa Blanca y, para vergüenza de un Estado de derecho, no se adivina su cierre mientras los republicanos sigan empeñados en conculcar la ley.