Atávico o no, la realidad es que el concepto de que la mujer se debe quedar cuidando la cueva y a las crías, mientras el hombre sale de caza y la aporta a la cueva, continua en nuestros días, incluso cuando ambos comparten la caza y la cueva.

Sucede que este concepto atávico y tan arraigado en nuestra sociedad, pese a los grandes esfuerzos porque no sea así, continua con los grandes guardianes de la cueva , el Poder Judicial, que lejos de haberse enterado que en la actual legislatura se modificó la ley en 2005, y ya en su exposición de motivos se deja claro que ambos cónyuges deben de compartir la responsabilidades familiares de todo tipo, los guardianes de la cueva continúan aplicando el principio referido, en los casos de divorcio, la mujer a la cueva con las crías y el hombre a la caza, solo que sin entrar en la cueva y dejando los frutos en la entrada, para que así la mujer los recoja y continúe encerrada.

Si realmente queremos ser equilibrados y no machistas, tendremos que obligar por ley a la igualdad de sexos y también en los casos de divorcio, en donde deberemos obligar a que hombre y mujer, por igual, se responsabilicen de todo. La custodia compartida, aplicable por defecto en la mayoría de legislaciones de los países occidentales más avanzados, es en el Estado español, potestativa de los jueces (solo la conceden, y con reparos, cuando ambos progenitores están de acuerdo, en el resto de las circunstancias, no).

¿Cómo vamos a crear un país sin diferencias entre hombres y mujeres, si el Poder Judicial consagra, cada día las diferencias en los 172.000 casos de rupturas matrimoniales que se dan al año? ¿Cómo va rehacer su vida en igualdad de condiciones la mujer, que por sentencia judicial, la obligan a cuidar de la cueva de por vida, frente al hombre que queda prácticamente liberado?

El Código Civil, en donde apenas media docena de artículos regulan los conceptos de divorcio y relaciones de los progenitores con los hijos, se queda muy escaso, ya es hora de desgajar del Código Civil todos estos conceptos, crear como ya se ha hecho con los juzgados de familia, el Código de Familia, con una visión actual e igualitaria, positivando más la norma (sin caer en el agotamiento) e impedir la arbitrariedad y amplitud de criterio de jueces machistas que pretenden continuar con el atavismo de la mujer a la cueva y el hombre a la caza.

Vicente Dalda García **

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