No ha hecho más que comenzar la campaña de la renta y ya se ha iniciado una dura pugna entre Cruz Roja y la Iglesia para atraer al mayor número de contribuyentes. Cada uno de los bandos intenta convencer a los declarantes de las cosas que se pueden hacer en la región si estampa la cruz en el lugar adecuado: para la Iglesia o a otros fines de interés social. Ambas partes se juegan mucho y la guerra no ha hecho si no empezar.