TCtamino no triunfó en la taquilla pero sí en la Academia. De la guerra civil a las fobias de religión. Los Goya marcan la tendencia --o la deriva-- hacia donde apunta la fracción progre (mayoritaria) de la Academia. Los girasoles ciegos --la película de José Luis Cuerda que partía con más nominaciones -- se quedó en el camino y la ganadora fue Camino , la interpretación que el director Javier Fesser hace del peculiar microclima espiritual que envuelve a quienes viven en la órbita del Opus Dei .

Nada que objetar sobre la interpretación de los actores premiados: tanto Carme Elías , la protagonista, como Jordi Dauder , actor de reparto, resultan convincentes. Lo mismo que Nerea Camacho --la muchacha premiada como actriz revelación--. Fesser, el director, acredita talento pero no es menor el exhibido por Alex de la Iglesia en Los crímenes de Oxford --que sólo obtuvo dos goyas -- o el del ya mencionado Cuerda y su adaptación de la estremecedora novela de Alberto Méndez . Por no hablar de la película de José Luis Garci que, sin duda, merecía algún premio.

En el patio de butacas Los crímenes de Oxford , una película al uso de las que se hacen en Londres, ha sido un éxito. En ese registro, Camino fue un fracaso. Aquí, la historia de nuestras fobias políticas o religiosas interesa más a los intelectuales y a la clase política que al personal.

Hasta hace poco, para los creadores españoles de cine, la guerra civil vendía ; este año --quizá sea cosa de la crisis-- los académicos han cambiado de guerra. El público, como digo va por otro camino.