Como cada año, con motivo del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, las organizaciones internacionales han dado a conocer las cifras de la epidemia. Son ya 40 millones de personas las infectadas por el virus. Mientras aún se discute si el Fondo Global llegará al objetivo mágico de los 10.000 millones de euros, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha dicho que el mundo "está perdiendo la batalla contra el sida". Apenas se ha avanzado en la disponibilidad de fármacos para el tercer mundo, y menos en el combate contra las condiciones de vida que favorecen la expansión del hambre, y de ésta y otras tantas enfermedades.

Pero tampoco son buenas las noticias en los países occidentales, a pesar de la esperanza en una vacuna. Aumenta la propagación del virus a través de relaciones heterosexuales, que se han convertido en la primera vía de contagio, mientras se produce un rebrote de las infecciones por transmisión sexual. En España, además, se han señalado datos preocupantes sobre la insuficiente utilización de los preservativos por los jóvenes. Ante estas evidencias, no dar prioridad a la educación y protección sexual de los jóvenes es más que nunca una irresponsabilidad inaceptable.