Abogada

La guerra que vendrá, vendrá --así cantaba Aute--, está exenta de todo componente de humanidad como no podía ser de otra manera; como son todas las guerras. La guerra que vendrá y que nos quieren vender como legítima no tiene nada que ver por antogónica ni con la paz, la solidaridad, la tolerancia, la justicia, todos ellos conceptos tan manidos que los pobres se quedan vacíos de contenido en nuestras pequeñas y absurdas bocas.

La guerra con la que desayunamos y cenamos todos los días está vestida del más puro mercantilismo e interés económico que todo parecido con el vil metal no es pura coincidencia.

La guerra de la que se habla hace meses, hora sí, hora también, no entiende de pueblos, de niños, de civiles en definitiva, que son los únicos protagonistas y los únicos perdedores de este desembolso armamentístico con que se deleita el bolsillo de las arcas yanquis.

La guerra de Bush contra Sadam consentida por nuestro Gobierno, que no por los ciudadanos españoles que ya han salido a la calle a chillar No a la guerra, es una guerra entre el mandatario estadounidense, al que espero le queden cada vez menos adeptos en su país, y toda la población iraquí, niños desnutridos, ancianos, mujeres, hombres, seres humanos, sólo seres humanos, ¿les parece poco?, que absolutamente nada tienen que ver con el invento de la industria del armamento, las armas de destrucción masiva y los misiles de largo alcance. Si fuera ello el único objetivo, existen mil maneras --menudos son los americanos-- para derrocar en exclusividad al dictador sanguinario y a su guardia pretoriana.

Entre estas líneas que escribo se cuelan las palabras de mis hijos, redondilla y en cuadrícula de: no a la guerra, y pienso, ¿con qué autoridad, bajo qué código, por mor de qué derecho internacional, estos señores de la política pueden y encima quieren hacer ver que deben iniciar una actuación sanguinaria semejante?

Sólo el interés económico llamado petróleo ahora da cobijo a este western americano y eso aunque Bush no sepa ni dónde estamos, y aunque el Vaticano condene sin reservas esta guerra. (También Roma cuando nos interesa).

No debemos preocuparnos, porque el presidente rico y famoso ha hecho albergar esperanzas al pueblo que va a destruir y les dice "se encuentra cerca la hora de vuestra libertad". Que unido a lo que manifestó cuando hace más de un año comenzó la guerra contra Afganistán (por cierto, murieron casi todos menos Bin Laden y el Mulah Omar), sobre que la guerra será muy larga... ¡Todo ello reconfortante! ¿Quiénes serán los siguientes...? Seguro que Israel no está en el objetivo; ellos no ejercen terrorismo, y si no que se lo digan al pueblo palestino.