Después del trámite fundamental de elaboración de listas electorales por el sanedrín de cada partido, llegó la hora de que los gurús sociológicos y demoscópicos exhiban los catecismos de obligado cumplimiento para todos los candidatos y homogenicen las campañas.

La esencia de los manuales no es muy complicada: se trata de desprestigiar al contrario y entusiasmar al cercano. Los mecanismos son tan elementales como los anuncios de detergente o de teléfono móvil, y la clave está en la movilización de los propios y la desincentivación de los ajenos. Algunos ejes de la campaña ya se han enunciado: Manuel Pizarro es el enemigo a batir por el PSOE porque el problema económico es una de las mayores preocupaciones de los españoles. Presentar a Pizarro como un multimillonario tratará de in- habilitarlo para dar recetas a los asalariados en época de crisis. Los expertos socialistas creen además que poner los focos a Pizarro es quitarle la luz a Mariano Rajoy.

El catecismo del PP no es tampoco ningún misterio. La debilidad de la economía, preocupación actual fundamental de los españoles, es la punta de lanza de una campaña en la que el miedo y la incertidumbre tratarán de desmotivar el voto de los electores perezosos. Además, han descubierto un hueso que dará mucho juego en los debates: Zapatero ha reconocido que siguió negociando con ETA después del atentado de la T-4, en contra de sus afirmaciones que juraron lo contrario. Hay que averiguar si la mentira en España pasa factura.

La derrota de Alberto Ruiz-Gallardón ha causado un enorme rechazo en el electorado popular, y está por ver si este factor, que será exhibido como una confirmación de que el PP está en manos de la vieja derecha de Aznar, sigue vivo durante toda la campaña.

La economía mundial y el terrorismo pueden dar sustos en el tiempo que queda hasta las elecciones, y la movilización será el factor fundamental en unas elecciones que todavía pueden deparar sorpresas. Por eso, los gurús están inquietos, revisan sus catecismos y dictan las campañas. Los políticos solo las ejecutan.