WEwl alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán , escenificó ayer el apoyo de su grupo municipal al concejal Alejandro Ramírez del Molino y, al mismo tiempo, la unidad interna de su gobierno. En una puesta en escena inusual, y que pretendía ser solemne para reforzar su discurso, Celdrán leyó un escrito con todos sus concejales flanqueándole y en el que vino a apoyar la moralidad de la actuación de su equipo. Fue la respuesta del alcalde pacense a la situación creada desde que el presidente de la Junta, en una intervención desafortunada, habló hace dos semanas en Hervás poniendo en duda la legalidad de la aprobación del Plan de Ordenación Urbana por considerar que Ramírez del Molino salía especialmente beneficiado. Posteriormente, y cuando la reacción prudente de éste parecía haber cerrado el asunto, las manifestaciones del también concejal José Antonio Monago insinuando cobros de comisiones a anteriores gobiernos municipales socialistas, sin aportar datos, vinieron a enrarecer aún más la situación. Es de esperar que, tras la intervención ayer de Celdrán, que fue dura pero sin insultos, se apacigüen los ánimos de los dos partidos mayoritarios en bien de la convivencia y de la propia política, cuyo crédito se resiente con discusiones que sólo parecen buscar la crispación.