TLta señora Salgado es ingeniera industrial en las especialidades de Técnicas Energéticas y Organización Industrial, economista en la rama de Estructura Económica y Máster en Métodos Cuantitativos de Gestión. Su carrera política empezó con Felipe González y ZP siempre ha confiado en ella. Enemiga declarada del tabaco, el alcohol y el exceso de peso fue ministra de Sanidad y se quedó a las puertas de presidir la Organización Mundial de la Salud, lo cual demuestra su prestigio. Tras su paso por Administraciones Públicas demostró lealtad y valentía al aceptar la patata caliente del ministerio de Economía que Solbes soltó harto de que Zapatero le ninguneara. Mujer de gusto exquisito, aspecto delicado, elegancia innata y sobrada experiencia, tal currículum acredita su notable inteligencia pero carece de brillantez oratoria y que su verbo suscite lástima profunda no es machismo. Un gran cerebro no garantiza ser un Demóstenes : hay que saber modular la voz, medir los tiempos, poseer el arte de la retórica, conseguir que la lengua transmita el pensamiento con exactitud, pero también con eficacia, vehemencia, énfasis, amenidad y seguridad. Unos nacen con ese don y otros se hacen. Zapatero, cuando abandona su gesto monacal es un parlamentario ejemplar y sorprendente, sobre todo en las réplicas. También Rajoy domina la tribuna, aunque a veces se muestra apocalíptico y otras cansino. Doña Elena habla fatal: temblorosa, lenta, nerviosa, con mirada huidiza, nula convicción y un lenguaje corporal inseguro que no se compadece con su agradable fisonomía. Yo no aprecio menosprecio sexista alguno en que Rajoy le dijera que no tenía nada contra ella. Se hubiera mostrado tan caballeroso con cualquier machote porque su estrategia parlamentaria consistía en medirse con Zapatero. Quizá ella, consciente de su papelón, se sintió capitidisminuida, pero escudarse en su condición de mujer es disculpa vana y victimismo impotente. Perdió el debate porque no supo expresarse. Los presupuestos se habían aprobado ya en los despachos. Que no se queje.