WLw os médicos que atienden a Natascha Kampusch, la niña austriaca que fue secuestrada a los 10 años y logró escapar de su cautiverio a los 18 convertida --en teoría-- en una adolescente traumatizada, consideran que una controlada y dosificada comparecencia ante los medios de comunicación puede ayudarla a superar el trauma. De momento, así parece: Natascha bromea con el personal del hospital, las aspiraciones personales y profesionales que expresa en la entrevista que ayer publicó este diario rezuman una aparente coherencia y frescura, e incluso muestra sentido del humor al hacer comentarios críticos sobre la señora de la casa a la que fue a dar después de huir del paranoico Wolfgang Priklopil.

Pero la noticia de que 80 televisiones de todo el mundo pujan por la entrevista que le hizo la TV pública de Austria ORF, como también hemos hecho los medios escritos, obliga a la reflexión. Natascha se mueve bajo los consejos de un asesor de medios y tiene a su alrededor a dos abogados. Velar por un comportamiento lo más equilibrado y normal posible después de ocho años de aislamiento del mundo exterior es el objetivo prioritario de los médicos y psicólogos que la vigilan, por lo que --con más o menos secuelas--, Natascha irá volviendo a la vida que le arrebató su captor. Además, y a juzgar por sus respuestas, la chica demuestra una inteligencia apreciable. El problema añadido está en cómo administrará ese protagonismo, el espectáculo que ya la rodea.