TLta pedagogía es tan vieja como el mundo: "Nació el día en que la primera madre, sonriendo al primer hijo, le enseñó a balbucear los primeros sonidos", escribía Eduardo Málaga , en uno de sus libros. Por lo tanto, no es expresión de última hora, con un cierto tufillo ideológico, y muy utilizada por algunos políticos, tras ver que sus proyectos se han quedado en agua de borrajas. Entonces dicen: hay que hacer pedagogía . Pero, ¡ojo!, la pedagogía significa enseñar, y no adoctrinar, aclarar conceptos, y no enredar con sofismas y marrullerías, escondiendo la verdad- En principio, hacer pedagogía consiste en enderezar lo torcido y dar luz a lo dudoso, podando el discurso de toda demagogia, siendo coherente con lo que se proclama y desechando la impostura. Se deberá hacer pedagogía, desde cualquier tribuna, en la escuela y en la universidad, en un mitin político, en un congreso de eruditos o en un simposio sobre educación, ya fustigando la oscura fascinación por la violencia, ya potenciando la solidaridad ante el drama del paro, o poniendo en solfa esa pornografía que está contaminándolo todo con demasiados cubos de basura. Y hay que hacer pedagogía sacralizando el esfuerzo y endureciendo el carácter de nuestros hijos, para que éstos no se rompan, al primer revés, mostrándoles actitudes decentes y serios compromisos-

Pero hacer pedagogía, no comporta lanzar retóricos discursos, al par que llenos de oscuridad interesada, sino dando a cada palabra el sentido nítido y preciso de las ideas, con honradez y sin sectarismos. Hay ejemplos de esa pedagogía rotunda y lacónica, que aún perviven en el recuerdo de todos, porque fueron como sentencias lapidarias, de insobornable honestidad, que no sólo deslumbran, sino que convencen, porque van directas al corazón; como, por ejemplo, dando un mensaje de libertad: "La verdad os hará libres"(Jesús de Nazaret ); propugnando la paz: "La paz es el camino" (Gandhi ); ante un peligro nacional, ofrecer sólo: "Sangre, sudor y lágrima" (Churchill ); mirando el bien del país: "Pregúntate qué puedes hacer por él" (Kennedy ); en lucha por los derechos civiles: "Tengo un sueño-" (Luther King ); propugnando la unidad nacional: "Paz, piedad, perdón" (Azaña ); el esfuerzo del afán diario: "Se hace camino al andar" (Machado ). Esto sí que es pedagogía de altos vuelos, solemne y trascendente, si se quiere, pero válida para todos los tiempos y plena de autenticidad.