Hace bien el lector en restregarse los ojos con las manos o en releer el título de este artículo; comprobará que pone exactamente lo que está escrito, ya que esta es una propuesta que quiero lanzar por si alguien tiene a bien recogerla.

A mediados del mes de marzo celebramos cada año la Fiesta del cerezo en flor, a veces solo fiesta, porque el caprichoso clima que rige la fenología de la floración de los cerezos no coincide con una fecha fija en el calendario. Ejemplo de ello ha sido este año, cuando la floración se retrasó varias semanas.

Decía Rodríguez Ibarra que la fiesta del cerezo en flor debería ser algo así como el segundo día de Extremadura, trasladado a la primavera; una celebración complementaria a nuestro Ocho de Septiembre. Cierto es que va tomando un protagonismo creciente y las estadísticas dan buena cuenta de ello en cuanto a participación, número de visitantes y presencia en los medios.

La propuesta de celebrar la Fiesta del cerezo en fruto se basa en el mismo principio por el que se rige la celebración del cerezo en flor, atraer a los visitantes a Extremadura para que puedan disfrutar de nuestra tierra y deleitarse ante la contemplación de nuestros cerezos, cuajados de rojos frutos en sus ramas y a veces casi brotando del tronco. Una ventaja de lo que propongo es que el comienzo del verano aporta un valor adicional al paisaje del Valle del Jerte y de la mayor parte de Extremadura, pasado ya el cruel mes de abril, que hace brotar lilas de la tierra muerta, que decía T.S.Eliot. Los robles, castaños, alisos, fresnos..., lucen su verde y recién estrenado traje de verano, la fauna migratoria ha vuelto para pasar la nueva estación con nosotros y la biodiversidad es máxima en esta época.

En todos los pueblos del Valle del Jerte y, por qué no, de La Vera, Las Hurdes , Gata y Ambroz, donde se cultiva la cereza, podemos ofrecer a los visitantes la posibilidad de hacer fotos a nuestros árboles e incluso permitirles coger una cesta del rojo fruto y darles la opción de que compren ambas cosas, la artesana cesta de castaño y las sabrosas picotas, a un precio justo también para nuestros agricultores; que se acerquen a conocer la forma de vida de quienes, como decía Unamuno, a veces no son hijos de la tierra, sino que la tierra es hija de ellos.

No es necesario que coincida con un único fin de semana, ya que la fructificación es más larga que la floración. Seguro que a muchos de los urbanitas aburridos de la ciudad les parece una actividad motivadora. Ejemplos exitosos ya existen en otros campos, hay quien va a una piscifactoría y pesca unas cuantas truchas en piscinas de cría, que después entrega a la salida y, previo pago, se lleva a su casa como si de salvajes salmones se tratase.

Esta propuesta pretende romper la estacionalidad de las visitas, uno de los problemas del turismo rural de nuestra comunidad, y ofrecer nuevas alternativas a algunas de las que recientemente se están llevando a cabo en Extremadura en torno al Tajo Internacional, a la Reserva de la Biosfera de Monfragüe, al Geoparque de Villuercas, Ibores, la Jara, al Embalse de Orellana, con su recién conseguida bandera azul, a la iniciativa StarLight de turismo de las estrellas, y el tradicional turismo cultural de nuestros pueblos y ciudades junto a la Ruta de la Plata en este año Jacobeo.

La importancia que han tenido los recursos turísticos de Sol y Playa®, han hecho que el turismo en el espacio rural haya sido olvidado y descuidado. Sin embargo, la cada vez mayor preferencia por este tipo de turismo hace que nazca un nuevo concepto de vacaciones menos masificadas y más participativas, en contraposición al concepto tradicional de las décadas anteriores. Partiendo de esta reflexión es necesario estudiar la posibilidad de ofertar el turismo rural como una alternativa coherente, para conocer el entorno que nos rodea y adquirir una conciencia medioambiental.

Está claro que este turismo, que podríamos llamar también ecológico, es uno de los principales elementos del ecodesarrollo®, forma de desarrollo que pretende potenciar la calidad de vida, la cultura, la salud, la educación y las relaciones humanas. Practicar el turismo ecológico es una demanda de una parte importante de la sociedad, tanto nacional como internacional, y es evidente que en este campo Extremadura puede competir ventajosamente con cualquier otra región

Dice el presidente Fernández Vara que el turismo es un sector clave para Extremadura, y como para hacer una estrategia hay que ser estratégico, aquí lanzo la propuesta, las cerezas esperan en las combadas ramas de los árboles a que miles de visitantes vengan a recogerlas.