Cuán despiadados y crueles llegamos a ser en ocasiones con los animales.

Anoche, cuando salí a tirar la basura oí unos gemidos y me encontré con la desagradable sorpresa de que alguien no se le había ocurrido otra asombrosa idea que la de tirar a dos pequeños e indefensos perritos recién nacidos en una caja de cartón al lado del contenedor para que se muriesen de frío.

Imagino que quien hiciese semejante barbarie, se quedaría con la conciencia tranquila pensando que al menos no había matado a los indefensos cachorros, y seguramente olvidó que el abandono de animales domésticos, además de la crueldad y el maltrato hacia los mismos, es delito tipificado por el Código Penal.

Me gustaría que si lee esta carta de protesta, supiera que uno de los perritos murió de frío y al otro conseguimos salvarle después de estar toda la noche reanimándole.

Imagino que esta persona el domingo irá tranquilamente a misa y será ciudadano respetable, pero nos gustaría que todo el mundo supiera que es gente que no tiene escrúpulos ni sentimientos y si hace esto con los animales que supuestamente nacieron bajo su techo, qué no hará con otras personas que no tengan nada que ver con él.

Por último me gustaría hacer una reseña que es esencial y es que los culpables no son en ningún caso los animales sino sus dueños y espero que aunque sé que es difícil no dejaré de luchar por imprimir en la mente de estos dueños desalmados un sentimiento cívico y recordarles que ellos jamás lo harían .

José F. Retamosa Fernández **

Navalmoral de la Mata