La cadena privada Tele 5 emitió el 3 de octubre un reportaje sobre la prostitución infantil en Cuba. Como cubana, no pretendo tapar una situación que existe --y no solo en Cuba, sino en casi todo el mundo--, sino expresar mi malestar porque esta es ya la segunda vez que veo en esa cadena algún reportaje sobre el mismo tema, haciendo referencia a cómo está la prostitución en Cuba. Me duele que se generalice y se degrade de esta forma al pueblo cubano; en este caso, a la mujer cubana. Yo soy cubana, estudié informática y mis padres me han dado una educación inmejorable. Tengo tías que nacieron antes de la revolución, tengo madre y otras tías que nacieron cuando triunfó la revolución y tengo hermanas y primas que nacieron después de la revolución, aparte de amigas y compañeras; son todas trabajadoras o estudiantes que jamás se han prostituido. Es más deprimente, y eso es lo que deberían sacar a la luz, la existencia de gente que viaja miles de kilómetros para buscar niñas o mujeres con quienes tener sexo barato. Esos que después, en sus países, son señores respetables, ejemplares padres de familia y hombres que repudian a las prostitutas. El sistema cubano, sin ser perfecto, con su revolución alcanzó unos logros sociales que son la envidia de muchos países. Pero además de Fidel Castro y el Gobierno hay un pueblo que quiere arreglar su situación y sus problemas sin que otros decidan por ellos. Es un pueblo trabajador que trata de salir dignamente de sus dificultades y que lo menos que necesita es que unos periodistas digan que "todas sus mujeres y niñas se prostituyen por dos dólares o para que las saquen del país".

Ivonne María Ferrer **

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