TPtor no hacer mudanza en su costumbre el cáncer o la edad ligera se han llevado a Patrick Swayze , el monitor de danza macizo y hortera que bailaba como un ángel en Dirty Dancing . Su cuerpo se ondulaba con la gracia divina y el sex appeal de los danzarines nubios. Su cara no movía un músculo. Bailaba como pocos y actuaba peor que muchos, pero yo siempre admiré su ritmo y envidié a la sosa de su alumna, quizá porque casi todos los varones que conozco en las circunstancias más bailongas se acodan en la barra, piden copas, se las beben, hablan entre ellos y obvian entre vergonzosos y sonrientes el disfrute gratificante de abandonarse al movimiento danzarín. Antes de eso, Patrick ya había luchado como rico terrateniente confederado por el amor de una negra Lesley Ann Down, --poseedora gracias a los caprichos de Mendel de esplendorosa y blanca tez--, contra el siniestro David Carradine, otrora pequeño saltamontes, magnífico y ese sí inquietante actor de aciago destino. Corría el año 1985 y los telespectadores españoles aprendíamos mucha más historia norteamericana en la lujosa saga Norte-Sur que la historia de España que estudian ahora los alumnos de Secundaria. Swayze que en el 83 fue un rebelde de Coppola junto a varios guapos como Mat Dillon , Rob Lowe o Tom Cruise , más feo que ellos se llevó sin embargo en 1990 al huerto o mejor al taller de alfarería a la dulce y exquisita Demi Moore , antes de que esta maltratase su cuerpo en bodrios como La teniente OINeill o sucumbiera a las leyes del recauchutado para convertirse en una diva de anatomía de videoclip. Ghost , aquel cuento de ángeles de música inolvidable, donde los buenos eran muy buenos, los malos malísimos y el amor más poderoso que la muerte, pese a la progre acusación de meliflua, emocionó a hijos, padres y abuelos. Dieciocho años después Patrick emprendió su batalla contra el cáncer de páncreas. La perdió este 14 de septiembre. Seguro que descansará en paz.