WLw as elecciones del pasado domingo han dibujado un panorama complicado para la gobernabilidad de la ciudad de Cáceres: ganó el PP --le faltaron menos de 300 votos para alcanzar la mayoría absoluta--, pero no se vislumbra que logre la alcaldía con facilidad. Y tampoco el PSOE, con sus 11 concejales, va a encontrar un camino expedito para conseguir que Carmen Heras obtenga la vara de mando. Y es que en esta coyuntura se ha tropezado con los personalismos. Al menos eso es lo que se desprende de las posiciones de partida de Felipe Vela, por un lado, y de Santiago Pavón, por otro. El candidato de Foro Ciudadano, que en la noche electoral apostó como primera opción por un gobierno de progreso, ha insistido más tarde en que es Saponi, y no el PP, quien le impide alcanzar un acuerdo para que gobierne la lista más votada. Ha venido a decir --la última vez, ayer, en la reunión que mantuvo con el presidente provincial-- que si el Partido Popular defenestra al alcalde, ahora en funciones, todo es posible. Y, a su vez, el candidato de Izquierda Unida, Santiago Pavón, inicialmente se mostró muy reticente a un posible pacto con el PSOE y Foro Ciudadano porque "no se ve" en un gobierno con Vela, aunque ayer rebajó el tono y dijo estar dispuesto "a hablar y explorar".

Nombres, por tanto, no programas, es lo que impide un acuerdo. No es un buen síntoma, porque anteponer personas a ideas no es precisamente la mejor muestra de madurez política. A veces los partidos, como en este caso, no tienen apoyos suficientes para gobernar en solitario. Es en estas circunstancias en que se imponen los pactos cuando tienen que dar muestras de responsabilidad, que se resume en lograr un gobierno lo más estable posible para desarrollar la gestión que les exigen los ciudadanos, aunque para ello se tengan que tragar los sapos de las enemistades, de las antipatías, de las rencillas personales. Los votantes no depositan la confianza en un político para que lleve esas cuestiones a la institución a la que accede.

La hipótesis de que el primer impulso de Foro Ciudadano para presentarse a las elecciones es la de practicar una especie de ´venganza´ contra Saponi, sería perversa si finalmente fuera real y no retórica. Pero es lo que se desprende de la condición impuesta por Vela. Sería perversa incluso para el propio Vela, puesto que, por seguir preso de lo ocurrido en la legislatura anterior, invalidaría su recién estrenada legitimidad refrendada por su elección en las urnas.

También a Santiago Pavón se le debe recordar que sus votantes no han depositado en él la confianza precisamente "porque no formaría parte de un gobierno en el que estuviera Vela". Que su ideología está más cercana al PSOE que la que representa el candidato de Foro Ciudadano, es cierto; que estaría más cómodo participando o apoyando un gobierno encabezado por Heras y sin nada que ver con el edil independiente, también lo es. Pero los resultados son los que son y solo a ellos hay que atenerse; el resto no existe. IU, además, ha hecho siempre gala de que son los proyectos, y no las personas, las que deben guiar las coaliciones. Anguita hizo del ´programa, programa, programa´ su mejor eslogan. Será una buena noticia si, ante el panorama complejo que Cáceres tiene por delante, los elegidos empiezan a discutir sobre ideas para gobernar el consistorio los próximos cuatro años.