XExn la reunión que el pasado día 17 mantuvimos los representantes sindicales con el presidente de la Junta y con la consejera de Educación analizamos, además de la propuesta sindical unitaria sobre la mejora de la Educación en Extremadura y de las condiciones sociolaborales de los profesores, las conclusiones del debate Educativo y las posibles soluciones. Coincidimos todos, presidente y sindicatos, en que después del esfuerzo económico realizado por la Junta con la dotación de ordenadores a todos los centros educativos; la creación de la Red de Centros de Secundaria; ser pioneros en la jornada única con la oferta de actividades formativas complementarias; la implantación de un segundo idioma en el tercer ciclo de Educación Primaria; los centros de atención educativa preferente; los programas de acompañamiento escolar y los planes de apoyo a centros de Secundaria..., después de todo esto, había llegado la hora del profesor en Extremadura.

Los cambios producidos en los últimos años en la sociedad española y el dislate de tantos sistemas educativos como cambios de gobierno se producen en nuestro país, han influido, y de qué forma, en los centros docentes, en los alumnos, en las familias y en los profesores, sobre todo en lo referido al tipo de enseñanza que se quiere y al tipo de enseñanza que conviene. Fruto de ello son, además del elevado fracaso escolar, muchas de las demandas que afectan de forma directa al trabajo de los profesores, que hemos visto modificadas sustancialmente nuestras tareas y que nos vemos obligados a abordarlas con unas habilidades profesionales más amplias. La heterogeneidad del alumnado consecuencia de la llegada a nuestra región de inmigrantes; el aumento de la diversidad; la convivencia en los centros públicos de alumnos de procedencias socioeconómicas y culturales muy diferentes, con distintos intereses, capacidades y expectativas, refleja la realidad de nuestros centros: sujetos diferentes en una escuela común. Si unimos esto a los continuos y vertiginosos cambios sociales, cualquier ciudadano podrá comprender la dificultad de los profesores para afrontar una educación cada vez más diversificada y con mayor exigencia de personalización.

Los profesores, especialmente en Secundaria, hemos ejercido nuestra labor tradicionalmente como transmisores de conocimientos, pues entendíamos que la educación corresponde al ámbito familiar. Nadie cuestionaba nuestra autoridad, éramos respetados y valorados. Hoy han surgido en los centros educativos modelos de relación más complejos y participativos, así como nuevos tipos de conflictos, tanto entre los propios alumnos como entre éstos y los profesores. Los nuevos modelos educativos están suponiendo una reconversión profesional de los profesores que nos aproximan más a animadores socioculturales que a transmisores de conocimientos. El proceso de enseñanza y aprendizaje exige hoy al profesorado no sólo conocer al alumnado, sino estar en posesión de nuevos métodos de enseñanza, de múltiples y plurales estrategias que nos permita desarrollar la actuación docente en un mundo en el que la importancia de los medios tecnológicos y la integración de herramientas de tratamiento de la información son cada vez mayores. Abordar la enseñanza desde la pluralidad, desde una educación total y desde la situación de cada centro escolar, exige del profesorado un mayor esfuerzo, más dedicación y mejor formación, pero también una mayor comprensión hacia nuestro trabajo. Es precisamente aquí, en la adquisición de nuevos compromisos, donde se centra el acuerdo que esperamos suscribir próximamente los sindicatos de la enseñanza y la Consejería de Educación en Extremadura. Funciones como la tutoría, la mediación escolar, la implicación en las nuevas tecnologías, refuerzos, apoyos, etcétera. Todos los profesores en Extremadura queremos, y nos esforzamos en mejorar los resultados educativos, pero nada conseguiremos si no se comprometen con el proceso educativo los demás miembros que componen la comunidad educativa: padres, alumnos y administración.

Implicarse más en nuestra educación, y con ello mejorar los resultados escolares, no significa en absoluto que hasta ahora los profesores no se hayan implicado y comprometido, sino que una vez más los profesores estamos dispuestos a redoblar esfuerzos y a sacrificarnos por la dignificación de la labor docente. Pero que nadie dude que ese esfuerzo y ese compromiso adicional tienen un precio, que es el que CSI-CSIF y demás sindicatos de la enseñanza exigimos a la Consejería de Educación.

*Presidente Autonómicode Enseñanza de CSI-CSIF